Todo es importante en la ejecución de una producción de ficción seriada. Todo debe cuidarse y optimizarse en función de un entrelazamiento perfecto entre todos los elementos para que las partes funcionen de principio a fin como una unidad de precisión atómica. Solo hay un pero, la perfección es una categoría abstracta, teórica y que no tiene equivalente real en las manufacturas humanas, sujetas al error y a la carencia, gobernadas por los límites, siempre funcionando en el plano de lo relativo y por lo tanto permaneciendo inaccesible a lo absoluto.
Aterrizando el tema: La ficción cinematográfica o televisiva es uno de los procesos más complejos que conocen las industrias modernas.
Por un lado están todos los asuntos relacionados con las máquinas, cámaras, luces, micros, softwares y los cientos de instrumentos y tecnologías que intervienen en los mencionados procesos. Bien calibrados y en manos entrenadas en este campo no debería haber muchos problemas -lo que queremos decir en realidad es que sí habrá muchos problemas pero dichas manos y mentes expertas les ganarán la partida en cada envite- ya que todo lo que es mecánico siempre se puede afinar, modificar o retocar en función de una horquilla de parámetros limitada y controlada.
Esta es la razón -elementos técnicos / tecnológicos = elementos bajo control- por la que la mayor parte de la series y las películas presentan un acabado digno y presentable a nivel de imagen, sonido, edición, etc. Además, vivimos una época en la que el look pro está cada vez más democratizado, las máquinas son mejores, más asequibles … el correcto envasado y el empaquetado de la mercancía se da por hecho.
Por otro lado está lo que no es limitado ni fácilmente gobernable, lo que no es mecánico ni se calibra con un botón + -. De eso es de lo que queremos hablar hoy: Del elemento humano, y de entre todos los elementos humanos de uno que no tiene rival ni competencia en cuanto a su importancia porque es el único que verdaderamente tiene el PODER de darte el cielo o el infierno. De convertir en sublime el esfuerzo y el talento del resto de implicados o de hacer que ese mismo esfuerzo y talento se vaya por el retrete licuado con los restos de una insufrible indigestión.
Este elemento del que hablamos es el más importante de todos, mucho más que un guión fabuloso, una dirección soberbia, una magna producción o unos personajes escritos para la posteridad. Y es el más importante porque si este elemento falla todo lo demás no sirve para nada !!
Este elemento está permanentemente presente en Fariña, a la que hoy rendimos homenaje gráfico y temático, porque es lo que se inhala y se inspira en cada frame de la Fariña de Bambú y Atresmedia, dotándola de una excelencia que va mucho más allá de lo mecánico. De una ejemplaridad en estas lides que simplemente no tiene escalones por arriba.
Este elemento es el CAST (el equipo de actores y actrices) sobre el que se apoya todo lo demás. Los/as que dan la cara, la voz, el cuerpo y la emoción. Son los últimos en llegar al proyecto y los primeros en terminar su aportación pero son los que materializan y concretan los mzacotes de papeles llenos de grandes intenciones e ilimitadas posibilidades.
Fallar en el casting no es pegarse un tiro en el pie, no. Es hacerse el Hara-Kiri 25 veces por segundo.
Fariña nos enseña cómo se puede hacer un cast profundo, extenso, diverso , donde cada personaje se encarna en su actor / actriz como la mónada encaja con la densidad de la materia en el plano búdico.
Podríamos entrar en profundidad en los elementos que te ayudarán a no equivocarte en el casting, pero lo bueno si breve … hoy lo que pretendemos que te quedes con la idea de que: Los personajes de papel no existen, los de carne y hueso sí, las frases más emotivas, las más potentes o graciosas morirán antes de nacer sin quien las haga vivir!! Sin sus ojos, sus expresiones, sus movimientos y sus tonos no tienen nada, mientras que habiendo sido riguroso con su elección, mimo y dedicación lo tienes todo.
Fuente: Smartfiction.es.
http://www.smartfiction.es/cual-es-el-elemento-mas-importante-de-una-serie-de-ficcion/